Catechetical Ministries in Motion: St. Joseph Church, Avenal (ENG/ESP)

Article by Roman Flores, Catechetical Ministry Coordinator

Last week I had the opportunity to visit the parish of St. Joseph in Avenal. I want to thank Fr. Oscar Anaya for the invitation to share a talk with potential extraordinary ministers of Holy Communion regarding the ministry and service itself and how it connects us in a more intimate manner with the celebration of the Liturgy. I also wanted to thank those that attended and the hospitality I received on their behalf.

Even though the parish of St. Joseph in Avenal is a small community the attentiveness and enthusiasm of those present was a pleasure in the evening we shared. Aside from being able to provide elements of instruction and general guidance as to the role and service of the extraordinary minister of Holy Communion I also wanted to convey the connectedness this ministry entails regarding our lives in general, the life outside the church walls.

The Constitution on the Sacred Liturgy (CSL), the first document promulgated by the Second Vatican Council, reaffirms that Christ is always present in his Church, especially in his liturgy celebrations. Christ is present when the Church prays and sings, in the proclamation of the word, and in the person of the minister. Finally, the Council emphasized that Christ is present above all under the Eucharistic species (CSL, no.7).

And it was in the person of the minister and those that partake in this service that I wanted to emphasize the importance of the presence of Christ wherever they find themselves. That our actions of reverence and devotion do not only apply within the setting of the Liturgy service but that it should also extend throughout the life we live in testimony of the faith we proclaim throughout our communities. A testimony in an ever-expanding presence of Christ through the ministry to those we serve and every capacity of which is required of us.

The genuine minister means humble service. The model of every ministry is the Lord Jesus Christ, who came to serve, not to be served. In this ministry, ministers should be examples of Christian life in faith and conduct; they must strive to grow in holiness through this sacrament of unity and love. Through this ministry the extraordinary minister of Holy Communion should set aside their personal agendas and needs, their prejudices and judgments, in order to serve the community and bear faithful witness to Christ's presence in the Eucharist.

Remember that although there are many of us, we are one body because we share one bread and one cup. As extraordinary ministers of Holy Communion, therefore, be especially faithful to God's commandment to love your neighbor.

“This is my commandment, that you love one another as I have loved you.” John 15:12

It is a commandment given by Jesus Christ to his disciples to love one another as he has loved them. It is a message of love and compassion for all of us that encourages us to treat others with kindness and respect.

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Ministerios de Catequesis en Movimiento: Iglesia de San José, Avenal

-Roman Flores

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar la parroquia de San José en Avenal. Quiero agradecer al P. Oscar Anaya por la invitación a compartir una charla con potenciales ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión sobre el ministerio y el servicio en sí y cómo nos conecta de una manera más íntima con la celebración de la Liturgia. También quería agradecer a los que asistieron y la hospitalidad que aportaron.

Aunque la parroquia de San José en Avenal es una comunidad pequeña, la atención y el entusiasmo de los presentes fue un placer en la noche que compartimos. Además de poder proporcionar elementos de instrucción y orientación general en cuanto al papel y el servicio del ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, también quería transmitir la conexión que este ministerio implica con respecto a nuestras vidas en general, la vida fuera de las paredes de la iglesia.

La Constitución sobre la Sagrada Liturgia (CSL), el primer documento promulgado por el Concilio Vaticano II, reafirma que Cristo está siempre presente en su Iglesia, especialmente en sus celebraciones litúrgicas. Cristo está presente cuando la Iglesia ora y canta, en el anuncio de la Palabra y en la persona del ministro. Finalmente, el Concilio subrayó que Cristo está presente sobre todo bajo las especies eucarísticas (CSL, no.7).

Y fue en la persona del ministro y de aquellos que participan en este servicio que quise enfatizar la importancia de la presencia de Cristo dondequiera que se encuentren. Que nuestras acciones de reverencia y devoción no solo se aplican dentro del contexto del servicio litúrgico, sino que también deben extenderse a lo largo de la vida que vivimos en testimonio de la fe que proclamamos en todas nuestras comunidades. Un testimonio en una presencia siempre creciente de Cristo a través del ministerio a aquellos a quienes servimos y en cada capacidad de la cual se requiere de nosotros.

El ministro genuino significa servicio humilde. El modelo de todo ministerio es el Señor Jesucristo, que vino a servir, no a ser servido. En este ministerio, los ministros deben ser ejemplos de vida cristiana en fe y conducta; Deben esforzarse por crecer en santidad a través de este sacramento de unidad y amor. A través de este ministerio, el ministro extraordinario de la Sagrada Comunión debe dejar de lado sus agendas y necesidades personales, sus prejuicios y juicios, para servir a la comunidad y dar testimonio fiel de la presencia de Cristo en la Eucaristía.

Recuerden de que, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo porque compartimos un pan y una copa. Como ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, por lo tanto, sean especialmente fieles al mandamiento de Dios de amar a su prójimo.

“Mi mandamiento es este: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.” Juan 15:12

Es un mandamiento dado por Jesucristo a sus discípulos de amarse unos a otros como Él los ha amado. Es un mensaje de amor y compasión para todos nosotros que nos anima a tratar a los demás con amabilidad y respeto.