Article by Roman Flores, Catechetical Ministry Coordinator
This past Saturday, I had the opportunity to give a catechist retreat at St. Philips the Apostle in Bakersfield. I want to thank Religious Education Coordinator, Mayela Guerrero, for helping set up this event, Fr. Hector Lopez V.F., for the use of his parish facilities, and of course, the catechists that participated. They were an absolute joy to work with.
The theme, moments of reflection and conversation, along with activities, were based off resources from the USCCB regarding Catechetical Sunday. One of the talks focused on connectedness, realizing and understanding how we are all connected in one way or another in our communities, especially through ministry.
As we serve the community of the faithful, we must strive for unity, teamwork and collaboration. When we encounter difficulties or challenges, we must remind ourselves that we don’t have to face them alone. When we embrace this mentality as a team, it makes everyone’s work so much easier.
Just as we work together as a team and ministry family to provide the best possible service, we must also remind ourselves to rest. The theme of Catechetical Sunday for this year is "Come to me all you who labor and are burdened".
There is something deeply appealing about those words. God’s intention isn’t for us to be perpetually burnt out, rushing from one activity to the next in the hope that our next action will be so glorious it will complete us. God instead invites us to rest in Him, because he knows that is where we will find our satisfaction, our joy and true contentment.
He knows that our hearts are most satisfied when they are resting in Him, for it is there that we can discover how deeply God loves us and desires us for who we are, who He has created and who He has redeemed, and not for what we can bring Him.
We can easily convince ourselves that God loves us because of what we do and what we can bring him in the middle of a busy season. Yet when we rest, we acknowledge that we have nothing to give God and He is what we truly, deeply need.
Jesus says: “Come to me all who labor and are heavy laden, and I will give you rest. Take my yoke upon you, and learn from me, for I am gentle and lowly in heart, and you will find rest for your souls. For my yoke is easy, and my burden is light” (Matt 11:28-30)
We can trust in Jesus and rest in the knowledge that he has satisfied every need that we will ever have. Every emotion and urging that fuels our over-busyness has been dealt with on the cross and the resurrection, through Jesus. Every fear that we have about ourselves before God has been matched by Jesus. God now invites us to stop the busyness, to cease, to rest, to end, and to draw closer to Him and be filled with satisfaction and contentment.
My brother and sister catechists, as we continue to serve in our ministries in collaboration with our parish teams, let us meet the challenges that we face together and learn to rest and recharge ourselves as a team, ministry family, and serving Body of Christ.
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Ministerios Catequéticos en Movimiento: San Felipe Apóstol, Bakersfield
-Roman Flores
El sábado pasado tuve la oportunidad de dar un retiro de catequistas en San Felipe Apóstol en Bakersfield. Quería agradecer a la Coordinadora de Educación Religiosa Mayela Guerrero por ayudar a organizar este evento, al P. Héctor López V.F., por el uso de las instalaciones de su parroquia y, por supuesto, a los catequistas que participaron, fue una alegría absoluta trabajar con ellos.
El tema, los momentos de reflexión y conversación, junto con las actividades, se basaron en los recursos de la USCCB con respecto al Domingo Catequético. Una de las charlas se centró en la conectividad y de darnos cuenta y comprender cómo todos estamos conectados de una manera u otra en nuestras comunidades. Especialmente a través del ministerio.
Al servir a la comunidad de fieles, debemos esforzarnos por la unidad, el trabajo en equipo y la colaboración. Cuando nos encontramos con dificultades o desafíos, debemos recordarnos a nosotros mismos que no tenemos que enfrentarlos solos. Cuando nosotros, como equipo, servimos con esta mentalidad, hace que el trabajo de todos sea mucho más fácil.
Así como trabajamos juntos como un equipo y una familia ministerial para proporcionar el mejor servicio posible, también debemos recordarnos a nosotros mismos que debemos descansar. El tema del Domingo Catequético para este año es "Venid a mí todos los que trabajáis y estáis agobiados".
Hay algo profundamente atractivo en esas palabras. La intención de Dios no es que estemos perpetuamente quemados, corriendo de una actividad a la siguiente con la esperanza de que nuestra próxima acción sea tan gloriosa que nos complete. Dios, en cambio, nos invita a descansar en Él, porque sabe que es ahí donde encontraremos nuestra satisfacción, nuestro gozo y nuestro verdadero contentamiento.
Él sabe que nuestros corazones están más satisfechos cuando descansan en Él, porque es allí donde podemos descubrir que profundamente Dios nos ama y nos desea por lo que somos, por lo que Él ha creado y por lo que Él ha redimido, y no por lo que podemos traerle.
Podemos convencernos fácilmente de que Dios nos ama por lo que hacemos y por lo que podemos traerle en medio de una temporada ocupada. Sin embargo, cuando descansamos, reconocemos que no tenemos nada que darle a Dios y Él es lo que verdadera y profundamente necesitamos.
Jesús dice: ¡Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso! ¡Pongan mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontrarán descanso para su espíritu, porque mi yugo es fácil de llevar, y mi carga ligera. (Mateo 11:28-30)
Podemos confiar en Jesús y descansar en el conocimiento de que Él ha satisfecho cada necesidad que tendremos. Cada emoción e impulso que alimenta nuestro exceso de ocupación ha sido tratado en la cruz y la resurrección, a través de Jesús. Cada temor que tenemos sobre nosotros mismos ante Dios ha sido igualado por Jesús. Dios ahora nos invita a detener el ajetreo, a cesar, a descansar, a terminar, y a acercarnos a Él y llenarnos de satisfacción y contentamiento.
Mis hermanos y hermanas catequistas, a medida que continuamos sirviendo en nuestros ministerios en colaboración con nuestros equipos parroquiales, enfrentemos los desafíos juntos y aprendamos a descansar y recargarnos como equipo, familia ministerial y Cuerpo de Cristo servicial.