The Catechetical Corner: Resting the Spirit during the Holidays (ENG/ESP)

Article by Roman Flores, Catechetical Ministry Coordinator

In the Gospel of St. Mark there is a passage in which it is narrated that, after a few days of fatigue, the Lord said to the disciples: "Come with me to a lonely place and rest a little." Since the word of Christ is never linked only to the moment in which he pronounces it, I believe that it is also an invitation to live the holidays in a Christian way. Of course, for those who can enjoy them, which is not a possibility for everyone, especially in these times of economic hardship.

The holidays, along with even Summer vacation, sometimes serve as a time of relaxation. They can also serve as a time for the spirit, a time for reading, a time to regain strength not only physical, but also spiritual. “Come to me, all you who are weary and burdened, and I will give you rest” says the Lord.

Pope Emeritus, Benedict XVI, has spoken to us about the meaning of the holidays, let us remember his words: "I wish everyone, especially those who feel the greatest need for it, that they may take vacations to replenish their physical and spiritual energies, and to renew a healthy contact with nature. The mountain, in particular, evokes the elevation of the spirit towards the heights, towards the 'high degree' of our humanity which, unfortunately, daily life tends to lower".

Saint Pope John Paul II would say “rest, means leaving one's daily occupations, detaching oneself from the normal fatigues of the day, the week and the year."

Their words express to us the need to grant ourselves a moment of rest each year, to replenish our strength and then be able to work for God, for the family, and for others. These moments are achieved by spending time in nature, socializing with friends and loved ones, contemplating our surroundings, spending time at the beach, visiting new or beloved places, and many more things that allow our body and spirit to rest and rejuvenate.

Rest is also a scarce commodity, which unfortunately many cannot have. Even more reason for those who have this possibility to live it with a sense of responsibility, as an opportunity to grow as individuals and as Christians.

Now, in these summer months for our children, without the hustle and bustle of school, we can devote more time to them with God and matters of the soul. How beautiful it would be if during the holidays the whole family gathered several times a week and participated in Mass. How the soul would be nourished if at the end of the day parents and children sat down to read a few lines from the holy Gospels and had conversations with one another. The possibilities can be as limitless as we make them and as fruitful as we participate in them as a family, as a community, as the Body of Christ.

My brothers and sisters in Christ may these days of Summer and the holidays that are to come be a time of inner growth, harmony, family knowledge, and bodily rest, to start every day with new energy, renewed joy, and contagious enthusiasm. And thus, continue to build the Lord’s Kingdom with renewed devotion and faith.





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El Rincón Catequético: Descansando el Espíritu durante las Fiestas

-Román Flores

En el Evangelio de San Marcos hay un pasaje en el que se narra que, después de unos días de fatiga, el Señor dijo a los discípulos: "Vengan conmigo a un lugar solitario y descansen un poco". Puesto que la palabra de Cristo nunca está vinculada sólo al momento en que la pronuncia, creo que es también una invitación a vivir las fiestas de manera cristiana. Eso sí, para aquellos que puedan disfrutarlos, lo cual no es una posibilidad para todos, especialmente en estos tiempos de dificultades económicas.

Las vacaciones, junto con incluso las vacaciones de verano, a veces sirven como un momento de relajación. También pueden servir como un tiempo para el espíritu, un tiempo para leer, un tiempo para recuperar la fuerza no sólo física, sino también espiritual. "Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar", dice el Señor.

El Papa emérito, Benedicto XVI, nos ha hablado sobre el significado de las fiestas, recordemos sus palabras: "Deseo a todos, especialmente a aquellos que sienten la mayor necesidad de ello, que puedan tomar vacaciones para reponer sus energías físicas y espirituales, y para renovar un contacto saludable con la naturaleza. La montaña, en particular, evoca la elevación del espíritu hacia las alturas, hacia el "alto grado" de nuestra humanidad que, por desgracia, la vida cotidiana tiende a bajar".

San Juan Pablo II diría que "descansar, significa dejar las ocupaciones diarias, desprenderse de las fatigas normales del día, la semana y el año".

Sus palabras nos expresan la necesidad de concedernos un momento de descanso cada año, para reponer nuestras fuerzas y luego poder trabajar para Dios, para la familia y para los demás. Estos momentos se logran pasando tiempo en la naturaleza, socializando con amigos y seres queridos, contemplando nuestro alrededor, pasando tiempo en la playa, visitando lugares nuevos o queridos, y muchas más cosas que permiten que nuestro cuerpo y espíritu descansen y rejuvenezcan.

El descanso también es un bien escaso, que desafortunadamente muchos no pueden tener. Razón más para aquellos que tienen esta posibilidad de vivirla con sentido de responsabilidad, como una oportunidad para crecer como individuos y como cristianos.

Ahora, en estos meses de verano para nuestros hijos, sin el ajetreo y el bullicio de la escuela, podemos dedicarles más tiempo con Dios y los asuntos del alma. Qué hermoso sería si durante las vacaciones toda la familia se reuniera varias veces a la semana y participara en la misa. Cómo se nutriría el alma si al final del día los padres y los hijos se sentaran a leer algunos párrafos del Evangelios y tuvieran conversaciones entre ellos. Las posibilidades pueden ser tan ilimitadas como las hagamos y tan fructíferas como participemos en ellas como familia, como comunidad, como el Cuerpo de Cristo.

Mis hermanos y hermanas en Cristo que estos días de verano y las fiestas que están por venir sean un tiempo de crecimiento interior, armonía, conocimiento familiar y descanso corporal, para comenzar cada día con nueva energía, alegría renovada y entusiasmo contagioso. Y así, continúen edificando el Reino del Señor con renovada devoción y fe.